¿Y si tu hijo es un psicópata? Podrías salvar a tu familia con este hack mental
Dani acaba de confesar que primero se deshizo de su gato y el del vecino para no levantar sospechas.
The Rebelliam
3/6/20254 min leer


Nadie está preparado para lidiar con un pequeño y encantador Hannibal Lecter.
La familia Díaz lo aprendió por las malas. Espero no sea tu caso y puedas proteger a tu familia. Porque muchas veces el amor no es suficiente para curar el alma desgarrada de un niño que aprendió a no esperar nada de nadie y a ser manipulador para asegurar su supervivencia.
Los sentimientos de abandono -real o temporal- pueden convertir la persona más importante de tu vida en tu peor y más dolorosa pesadilla.
Desde el momento en que Dani puso un pie en la casa, todos notaron que algo no iba bien.
El carácter del niño cambió en cuanto se vio rodeado de una familia unida y cariñosa. Aquel rechonchete y amigable niño que los conquistó en el orfanato se había desvanecido en cuestión de días.
La familia Díaz dobló su dosis de amor y comprensión con Dani. El desconocía lo que era vivir en una familia cariñosa. Además, los Días creían que “el amor puede cambiar todo en este planeta”, así que pusieron todo de su parte para que Dani se sintiera querido e integrado en la familia. Pero el niño redobló su mal comportamiento y empezó a salirse de control.
En su intento de acercarse emocionalmente a Dani, los Díaz “metían el dedo con sal” en una herida muy profunda llena de odio, dolor y rabia.
El comportamiento de Dani rozaba ya la maldad. El Sr. Díaz tuvo que ponerse estricto, marcar algunos límites, e imponer su autoridad en la casa.
Entonces Dani explotó:
Una mañana los hermanos pequeños de Dani no querían salir de la cama. La mamá los descubrió aterrorizados y ambos habían mojado la cama. Mientras todos dormían, Dani les había puesto unas tijeras en el cuello y amenazado con matarlos si no hacían lo que él decía.
Fue descubierto varias veces iniciando incendios a escondidas en el barrio. Cuando lo pillaban, lo negaba con total vehemencia y se justificaba diciendo que pretendía limpiar el barrio de ramas feas y secas.
Intentó ahogar la hija de unos vecinos en la piscina. Dijo que se trataba de una broma, pero los labios morados de la niña y la cara de terror en los hermanos pequeños decían lo contrario.
La iglesia del barrio sufrió daños por valor de 3.000 euros. Los Díaz buscaron ayuda en el campo espiritual, así que el cura le hizo un exorcismo a Dani. Su venganza no tardó en llegar.
Lo peor estaba por llegar.
No hay palabra que pueda describir la expresión en la cara del Sr. Y Sra. Díaz: Miedo, rabia, dolor, tristeza, y todas a la vez, cuándo el terapeuta les dijo que Dani confesó haber matado a “Chispas”, el gato del Sr. Díaz. “Lo hice para vengarme por lo del exorcismo” dijo Dani con total tranquilidad. “Primero maté mi gato y el del vecino unos días antes para no levantar sospechas sobre mí” añadió mientras miraba sin pestañear directo a los ojos del terapeuta.
“Tenéis que sacar a Dani de la casa. Estáis todos en peligro.”
-Dijo el terapeuta.-
El niño fue diagnosticado con un caso grave de trastorno de personalidad antisocial (TPA). -Si, como Hannibal Lecter.- Y al cabo de una semana Dani fue movido a una casa de acogida.
Profundamente cabreado, los amenazo a todos una última vez: “Cuidado, porque una noche, igual os despertáis con la casa en llamas.”
“A estos niños se les ha robado su humanidad. Sus corazones laten, pero están muertos por dentro. Sus ojos no brillan y carecen de vida” dicen Ken Magid y Carole A. Mckelvey en su libro -High risk, children without conscience.-
¿Es tarde para ti?
Hay que destacar lo fácil que es equivocarse interpretando los patrones de comportamiento de un niño con TPA en sus primeros estados.
En la mente humana nada es blanco o negro. Es más una cuestión de intensidad, como el volumen de la música. Esa es la ventaja y la dificultad al mismo tiempo que hace necesaria la atención de un profesional.
Sin embargo, es importante que tengas en la mira estos 3 patrones de comportamiento:
No se vinculan emocionalmente. Ellos podrían hacerlo, pero de manera muy superficial, también pueden mostrar un tipo de empatía lógica, entendiendo lo que sientes, sin que les importe en lo más mínimo.
Los castigos no funcionan. En cambio desarrollan una actitud desafiante con los padres o cuidadores “para ver quien jode más”. Harán cosas para cabrear a sus padres y descubrir hasta donde aguantan.
Antes o después van a desafiar MUY violentamente a sus padres. Como no sienten un verdadero afecto por sus cuidadores, estos solo representan un agente castrador que los limita. Sus padres son una piedra en su camino, y pueden llegar a deshacerse de ellos.
¿Qué puedes hacer?
El psicólogo y criminólogo Vicente Garido explica que la clave está en el afecto y la firmeza.
Cuando el niño se porte mal:
Se enfrenta la situación.
Padres y niño hablan al respecto.
Se asumen las consecuencias de lo ocurrido.
A nivel subconsciente el niño entiende que sus padres le están estructurando la vida y tomando decisiones por su bien. Poner límites claros de comportamiento, y hacerlos respetar ayuda a desarrollar dentro del niño el sentido de pertenencia, (cosa que Dani no pudo desarrollar.) Esto sienta las bases para que el niño desarrolle el vínculo emocional con sus padres/cuidadores. Esto Rrequiere mucho tiempo, paciencia y compromiso.
El hack mental
El Dr. Garrido sugiere un método para hackear la mente del niño -tenga o no tendencias psicópatas- con resultados muy positivos:
Exponer al niño a situaciones donde tenga que esforzarse, y el resultado de su trabajo mejore la vida de los demás de alguna manera. Y que los demás le den las gracias por ello (halagarlo por su poder para hacerles la vida mejor) repetidamente.
Así el niño unirá la imagen que tiene de si mismo a la sensación de gratitud por hacer el bien. El resultado es muy poderoso y transformador en la mente de un niño.
Si nada de esto funciona. Busca ayuda profesional antes de que te despiertes una noche con la casa en llamas.
Liam.
The Rebelliam